En Murcia tenemos una fiesta distinta a todas las que conocéis, se llama el Bando de la Huerta, aunque yo lo he rebautizado en multitud de ocasiones como: Fiestas en honor al Dios Baco.
El Bando es una fiesta que consiste en básicamente, beber todo lo que puedas hasta terminar en el suelo, amenizado por un desfile para recordar "eso" que ahora se llama Huerta, pero que de Huerta sólo tiene el nombre.
Es una fiesta en la que hombres y mujeres se emborrachan por igual y llegan hasta los límites más insospechados, las peleas, son habitual en este "gran" día, yo no voy a ser hipócrita, también celebro ese día, pero sinceramente no me gusta, porque nuestra ciudad en vez de promocionarla, la estamos enviando al agujero más remoto de la Tierra ... porque la ciudad en vez de oler a rosas, jazmín y hierbabuena, huele a orín. Porque en vez de propagar la cultura, propagamos la borrachera más zafia y hortera, vestidos con nuestros trajes típicos ...
Sinceramente cada año, me gusta menos ... pero algo bueno tiene el Bando, y eso bueno, es sin duda ver que la gente se lo pasa bien, y que por un momento las personas se olvidan de sus problemas y se juntan en un río de almas que desembocan en una danza infernal, sufragada con las drogas, el alcohol y la música ... por eso, este día, aunque lo odio me sigue encantando ... porque eso es lo que lo hace especial de los demás días.
Las cosas tienen su Ying y su Yang, así que con esto prefiero quedarme con el último párrafo, porque por un día, murcianos, alicantinos, españoles, extranjeros ... nos hermanamos en un día concreto y señalado y hace que seamos mejores personas en cierto modo, porque no existe ni diferencia de clases, ni posiciones sociales, simplemente existen la fiesta, la alegría y el cachondeo.
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